El impacto de las corrientes oceánicas en el clima
Las corrientes oceánicas se pueden dividir en corrientes frías y corrientes cálidas, que son causadas principalmente por vientos direccionales de larga duración. Las corrientes oceánicas son la principal fuerza impulsora del movimiento del calor en la Tierra: las corrientes frías reducen la temperatura y la humedad, y las corrientes cálidas aumentan la temperatura y la humedad. El movimiento de masas de aire afecta indirectamente al clima y desempeña un papel importante en el equilibrio térmico global, regulando así el clima.
Las propiedades de la superficie del océano subyacente son desiguales y las diferencias se reflejan principalmente en las corrientes oceánicas cálidas y frías. Las corrientes oceánicas se forman por muchas razones, principalmente debido a los vientos direccionales prolongados. La distribución de las principales corrientes oceánicas del mundo está estrechamente relacionada con el cinturón de viento, pero la dirección de las corrientes oceánicas es consistente con la dirección del viento: es de derecha en el hemisferio norte y de izquierda en el hemisferio sur. En los trópicos y subtrópicos, las corrientes oceánicas en el hemisferio norte básicamente fluyen en el sentido de las agujas del reloj alrededor del máximo subtropical, mientras que en el hemisferio sur fluyen en el sentido contrario a las agujas del reloj. En los trópicos, el agua superficial es arrastrada hacia el oeste por los vientos alisios, formando corrientes ecuatoriales. Cuando las corrientes oceánicas que fluyen en dirección este-oeste se encuentran con un continente, se dividen en dirección norte-sur. Las corrientes oceánicas que fluyen hacia latitudes altas son corrientes cálidas y las corrientes oceánicas que fluyen hacia latitudes bajas son corrientes frías.