Una vieja historia

Había una vez una anciana que tenía dos hijos, el mayor vendía paraguas y el menor abría una tienda de lavado y teñido. En cuanto llueva, la anciana se preocupará y dirá: "¡Oye! ¿Dónde tengo que secar la ropa de mi hijo pequeño? Si no funciona, los clientes le causarán problemas.

El cielo está despejado y el sol brilla, pero la anciana todavía estaba preocupada: "¡Oye! Mira este día soleado, ¿cómo puede alguien comprarle el paraguas a mi hijo mayor? "De esta manera, la anciana estuvo todo el día con el ceño fruncido, sin poder comer ni dormir.

Cuando el vecino vio que ella iba envejeciendo de día en día, le dijo: "Vieja, ¿tú ¡Tienes tanta suerte! Cuando llueve, los paraguas de su hijo mayor se venden muy bien. Cuando hace buen tiempo, la tienda de su hijo menor se llena de clientes. ¡Es realmente envidiable! "

La abuela pensó, ¡sí! ¡Por qué no pensé en eso! A partir de entonces, la abuela ya no se preocupó, comía bien, dormía dulcemente y pasaba todo el día jaja, todos dijo Ella parece haber cambiado