Estalló la guerra soviético-alemana.
Los primeros años de vida de Truman no fueron muy buenos. Una vez le propuso matrimonio a una mujer amada, pero el padre de la niña era el hombre más rico y su estatus social era muy diferente. Después de ser rechazado por Brilliance, Truman decidió ir a la guerra y ganar suficiente dinero antes de proponerle matrimonio. La mujer se llamaba Beth Wallace y estuvieron enamorados durante 29 años antes de casarse. Durante este período, Truman le escribió miles de cartas de amor a Beth. Este fue realmente un amor inspirador.
Sus logros en el ejército le dieron a Truman el capital para entrar en política. Después de varios años de arduo trabajo, Truman finalmente obtuvo cierto estatus político. A principios de 1945, la salud del presidente Roosevelt se deterioró. En este caso, Truman fue nombrado vicepresidente, Roosevelt murió poco después y Truman se convirtió en el nuevo presidente de los Estados Unidos.
Durante su mandato, Truman fue conocido por su actitud dura hacia Japón, la Unión Soviética y Europa. En Oriente Medio, también prestó gran ayuda en el establecimiento del Estado de Israel, aunque al propio Truman le desagradaban mucho los judíos. Escribió en su diario sobre su odio hacia los judíos. En ese momento, tenía un amigo que era judío.
Las actitudes personales no deben vincularse a los intereses nacionales. Ésta es la cualidad más básica de un político. Además de su odio secreto hacia los judíos, la actitud de Truman hacia su aliado de la Segunda Guerra Mundial, la Unión Soviética, también demostró su talento político. El día después de que estalló la guerra soviético-alemana, Truman pronunció un discurso como senador para expresar su actitud: si los alemanes derrotaron a la Unión Soviética, debemos ayudar a la Unión Soviética.
Si la Unión Soviética tomaba la delantera, sería necesario que ayudáramos a Hitler y hiciéramos todo lo posible para que los alemanes se mataran entre sí, aunque nunca quise ver a Hitler lograr ninguna victoria. En otras palabras, Truman consideraba a Stalin y a Hitler como transeúntes, y a la Unión Soviética y Alemania como del mismo tipo. Truman nunca vio a la Unión Soviética como un aliado, sino más bien como un enemigo potencial, lo que sembró las semillas de la posterior Guerra Fría.