Introducción a la fiesta de la hoguera
El origen del Festival de las Hogueras
El pueblo Oroqen tiene una larga historia de adoración al Dios del Fuego. Creen que el fuego puede ahuyentar a los malos espíritus y eliminar la suciedad. Los utensilios y la ropa se secan al fuego y se consideran limpios. También existe la costumbre de enviar al Dios del Fuego al cielo el día 23 del duodécimo mes lunar. En la mañana del Festival de Primavera, se deben hacer sacrificios al Dios del Fuego y, durante el sacrificio, la gente debe inclinarse ante la hoguera y orar. Cada Festival de Primavera, cuando los invitados vienen a saludar el Año Nuevo, primero deben adorar al Dios del Fuego.
El pueblo Oroqen tiene una serie de tabúes estrictos sobre el fuego: no se les permite salpicar agua, tirar tierra, escupir o atizar el fuego con objetos punzantes como cuchillos y palos para evitar ofender y dañar al fuego. Dios del Fuego.
Cuando encienden una hoguera, las ramas y palos deben colocarse planos y está estrictamente prohibido colocarlos al azar. Al utilizar leña, tenga cuidado de no utilizar leña que pueda explotar con chispas para evitar dañar los ojos del Vulcan. No se permite utilizar agua para extinguir el fuego siempre que la gente se mueva, y el fuego se lleva de un lugar a otro.
En la era primitiva de la caza, el fuego era una condición importante para la supervivencia de los cazadores del pueblo Oroqen. El fuego no sólo era útil para cocinar y calentarse, sino también para protegerse de las fieras salvajes. Por lo tanto, el antiguo pueblo Oroqen adoraba y creía mucho en el fuego y en el dios del fuego.
Utilizaron un hongo que crecía en los tallos de los abedules como herramienta para preservar el fuego. Este hongo tiene forma de seta. El interior queda polvoriento después del secado. Su estructura fibrosa es densa y dura, y su volumen es pequeño. El agua de lluvia no es fácil de penetrar. Es un material ideal para almacenamiento de incendios. Cada vez que cazaba o se movía, el cazador tomaba un trozo de carbón rojo del pozo de fuego, lo ponía en un hongo, lo ataba con una correa, lo llevaba en un palo y lo llevaba a la espalda.
Cuando los cazadores llegaron al nuevo campamento, enterraron el fuego en el pilar de hadas erigido (Oroqen significa "casa de madera" en chino, llamada Zuozi, que es la casa donde vivía el pueblo Oroqen durante la caza) Se lleva a cabo una sencilla ceremonia de encendido del fuego y luego se añade leña para cocinar.
Los antepasados del pueblo Oroqen tienen un vínculo indisoluble con el fuego. Cazan en las montañas profundas y en los bosques antiguos durante todo el año. En la lucha con la naturaleza, pudieron sobrevivir y reproducirse de generación en generación gracias al fuego. Por eso tengo un cariño especial por el fuego y soy muy cercano a las fogatas.