La historia de la tortuga y la liebre
La confianza mutua puede conducir a una situación en la que todos ganan.
Los estudiantes de la carrera de liebres y tortugas hicieron preguntas primero. ¿Solo esta vez? No, tenemos que seguir jugando. El conejo perdió la primera vez, pero se negó a aceptarlo y pidió un segundo juego. El conejo aprendió de la experiencia, corrió hasta la meta de un tirón sin dormir y ganó el segundo juego. La tortuga perdió y la tortuga no quedó convencida. Exijamos un tercer juego. La tortuga dijo que en las dos primeras carreras corrí por la ruta especificada por ti y ahora tengo que correr por la ruta especificada por mí. El conejo pensó que de todos modos yo podía correr más rápido que tú, así que se escapó por la ruta designada. Como resultado, el conejo volvió a correr hacia el frente y casi llegó a la meta. Un río bloqueó el camino y el conejo no pudo cruzar. La tortuga se arrastró lentamente y cruzó el río nadando. La tortuga ganó la tercera carrera. ¿Por qué competimos en la vieja carrera? Cooperemos. Complementemos las fortalezas de cada uno, para que podamos complementar las fortalezas de cada uno. La liebre y la tortuga corren juntas en la tierra, y la tortuga y la liebre nadan juntas al cruzar el río. Ambas llegan a la meta al mismo tiempo. Esta historia nos dice que la tortuga y la liebre tienen cuatro impactos importantes en el desarrollo de los estudiantes.
La primera revelación importante La revelación importante del primer juego es que cuando estés en desventaja no te desanimes ni te relajes. Tienes que aguantar y esperar a que tu oponente cometa un error. Verás, si la liebre corre delante de la tortuga en la primera carrera, entonces no puedo ganar de todos modos. Pues si te abstienes, dormirá o ganará porque se despertará y correrá hasta la meta. Como resultado, la tortuga esperó a que su oponente cometiera un error. Efectivamente, el conejo cometió un error y se quedó dormido a medio camino, por lo que ganó el primer juego.
La lección del segundo juego es ser bueno a la hora de convertir ventajas potenciales en ventajas reales. Los conejos pueden correr, lo cual es una ventaja potencial. La primera vez que dormí no me escapé ni perdí la forma. La segunda vez que corrió hasta la meta, la ventaja potencial se convirtió en una ventaja real y el conejo ganó por segunda vez. Para cada uno de nosotros, deje de hablar de sus fortalezas potenciales y concéntrese en la transformación.
¿Qué te dio la tercera Tortuga y la Liebre? Cuando descubra que la estrategia original no funciona, debe ajustar la estrategia y cambiarla a tiempo. Después del segundo juego, la tortuga entendió algo. Mientras corras por la ruta original, incluso si la corres diez mil veces, el conejo ganará. Mientras no duerma, gana. ¿Qué deberías hacer? Ajusta tu estrategia a tiempo y corre por diferentes rutas. Un río bloquea el camino y tu ventaja no se puede aprovechar. Entonces, el tercer juego es el resultado de que ajustes tu estrategia a tiempo.
El cuarto juego nos dio una revelación: la cooperación, las ventajas complementarias y los resultados beneficiosos para todos se basan en la confianza mutua. ¿Qué piensas si no confías en la otra persona? Pues la liebre andaba por tierra con la tortuga a cuestas, pasándolo muy mal. ¿Qué debo hacer si giro mi cuerpo al doblar una esquina y lastimo gravemente a la tortuga? ¿Qué debo hacer si la tortuga se hunde y ahoga al conejo mientras cruza el río? Por eso debemos confiar unos en otros y lograr una situación en la que todos ganemos.